En torno al mes del membrillo, mi amigo Manolo y yo organizamos una excursión a los cauces de los arroyos Rivillas-Calamon. Nos pegamos mas de seis horas recorriendolos y gastando negativos. El escaneo no es muy bueno pero nos da una idea de lo que rodeaba a este arroyo en esas fechas. Asomaban varios puentes de fabrica, entre los que destacaba el llamado de las brujas, otros de hormigon y algun otro de hierro, para peatones.
Las imagenes parecen escenario de guerra, pero es Badajoz. Restos de edificaciones a un lado y a otro, la maleza y la suciedad invadian el entorno. Al dia de hoy, todo esto ha cambiado y mucho, tanto en el numero y potencia de los puentes como en la recuperación de ese mismo entorno.
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